Serenamente, sera dormido

Los días pasan poco a poco, los segundos se consumen en mi vida, son más veces las que extraño el pasado de las que miro el presente, son días que me olvido la realidad. Cientocicuenta mil veces dije una ironía, cientocuarentamil me sentí bien y una me puse orgulloso de que te enseñé el sentido de la palabra amor. El plato fuerte del día no es el que te pega en el medio del estómago, es el que viene acompañado de anabólicos. Observo la barra de mi posteo y sólo veo la corrección ortográfica, ¿para qué? no la necesito. Y esa es la moraleja de todo, siempre tenemos lo que no necesitamos, todavía no entiendo porque tengo tanta nariz, maldita sinusitis.

Volviendo a la tierra, doblando por Colón y entrando a Rivadavia, todavía me siento un extraño en el medio del desierto buscando agua. Agua que no quita mi sed. Sed que no aumenta mis ganas. Ganas que se van a perdiendo con el tiempo. Tiempo que no cura las héridas. Héridas que no sanan con los segundos de mi vida. Vida que se destruye sino no encuentro lo que quiero. Quiero lo que no quiero, que quería que quisieramos en el olvido de lo que todo se ha destruído.

A veces voy tan rápido que olvido la ironía, una rutina que me lastima si no estás vos. Si no te tengo el color de las calles ya no es gris, la primavera ya no es rosa, el otoño ya no es olvido, y la ironía, es mi otoño pendiente. Y bajo la sombra de este humilde paragüa, describo mi soledad sin otro partícular más que encontrar el maldito barrilete, que con el viento me lleve, que me lleve con el viento, a lo más lejano de cielo. Cerca de ese ángel que me va a cuidar, cuidar me va, el tiempo quema, decime la clave del matafuego.
1 Response
  1. Anónimo Says:

    Extraño. Apreté el buscador de intereses ''Vos''
    y apareciste vos!
    y encima tenemos el mismo fondo.

    mmmmmm. míticas calles las del centro :)


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Este es el aguante