El pasado me está atormentando, me persigue, me jadea en el cuello, me busca y se retuerce en mi mente. Es increible como la mente de una persona la engaña y la lleva a creer que esto ya sucedió antes y quizás si sucedió. Pero si tuviera la chance de saber que le sigue a ese dejavú, que le sigue a esa visión del presente basada en el pasado pero que la pensas a futuro estoy seguro que un par de errores ya no cometería. Errores que dan vueltas en tu mente y que afectan tu ser en si mismo. Errores que nadie sabe, errores que vos mismo sentís que comestiste y quizás en el futuro te des cuenta que fueron aciertos. Momentos que perturban tu calma, momentos que no van a ningún lugar pero a su vez están en todos lados. Y esa extraña palabra DEJAVÚ que aparece a cada rato, en cada lugar, en cada acción. Es un sentimiento que prefiero no tenerlo presente o quizás prefiero vivir sin saber nada de mi pasado ni que será de mi futuro, ni siquiera si la morocha más linda de todas me va a dar bola y porque no una rubia. Uno nunca sabe.
Uno nunca sabe hasta donde puede llegar su mente, uno nunca sabe hasta donde puede volar y uno nunca debe creer que el sueño es realidad. La realidad es contradictoria, el destino es cruel y la vida es un sueño que no nació para ser soñado. Pero a donde te lleva la filosofía barata y los zapatos de Charol, por cierto ayer fue el cumpleaños de un grande, no..no fue mi cumpleaños, un grande como Charly merecía unas líneas en mi texto (al menos hasta que se me pase la pequeña laguna mental que acaba entorpecer a este torpe ser). Laguna que está más seca de lo normal y el calor es el culpable de todos los males, el dormir poco es el culpable de tanto insomnio y el alcohol es el culpable de tantos sábados que si hoy me pongo a recordar me olvido hasta que nombre tengo que anotar.
Y como ya no tengo ganas de escribir sobre los dejavú y sobre cosas que pasan constantemente por mi mente, le voy a dedicar mi último párrafo a quien mierda se haga cargo, o sea a un par de personas. ¿Quién te pensas que sos? la dueña del autoritarismo, la acreedora de la verdad de terceros, ¿la que siempre tiene una carta más que yo?, cuando las personas se dejan influenciar por la palabra de un don nadie no tienen personalidad, no saben distinguir lo que es importante de lo que no, arman una historia de todo lo que no pasa pero supuestamente pasaría, entonces yo digo a mi que carajo me importa lo que piensan los demás. Y para vos también hay, te gusta jugar al piso el acelerador pero si quiero manejar yo te gusta el freno, bueno podés ir preparando una palanca de cambios nueva para lo más te guste hacer, decidite o ponés quinta o volvete con tu primera a tu casa. La verdad no sé a quién carajo le escribo pero siempre hay alguno que me lee y aunque a veces deje la ironía por un momento es bueno hacer sentir tocado a alguien porque significa que le importa o que le llega, ¿me lo dirá a mi? y si sabelo que es para vos. ¡Y vos pelotudo dejá de inventar cosas!. Ay ay que risa me da.
Uno nunca sabe hasta donde puede llegar su mente, uno nunca sabe hasta donde puede volar y uno nunca debe creer que el sueño es realidad. La realidad es contradictoria, el destino es cruel y la vida es un sueño que no nació para ser soñado. Pero a donde te lleva la filosofía barata y los zapatos de Charol, por cierto ayer fue el cumpleaños de un grande, no..no fue mi cumpleaños, un grande como Charly merecía unas líneas en mi texto (al menos hasta que se me pase la pequeña laguna mental que acaba entorpecer a este torpe ser). Laguna que está más seca de lo normal y el calor es el culpable de todos los males, el dormir poco es el culpable de tanto insomnio y el alcohol es el culpable de tantos sábados que si hoy me pongo a recordar me olvido hasta que nombre tengo que anotar.
Y como ya no tengo ganas de escribir sobre los dejavú y sobre cosas que pasan constantemente por mi mente, le voy a dedicar mi último párrafo a quien mierda se haga cargo, o sea a un par de personas. ¿Quién te pensas que sos? la dueña del autoritarismo, la acreedora de la verdad de terceros, ¿la que siempre tiene una carta más que yo?, cuando las personas se dejan influenciar por la palabra de un don nadie no tienen personalidad, no saben distinguir lo que es importante de lo que no, arman una historia de todo lo que no pasa pero supuestamente pasaría, entonces yo digo a mi que carajo me importa lo que piensan los demás. Y para vos también hay, te gusta jugar al piso el acelerador pero si quiero manejar yo te gusta el freno, bueno podés ir preparando una palanca de cambios nueva para lo más te guste hacer, decidite o ponés quinta o volvete con tu primera a tu casa. La verdad no sé a quién carajo le escribo pero siempre hay alguno que me lee y aunque a veces deje la ironía por un momento es bueno hacer sentir tocado a alguien porque significa que le importa o que le llega, ¿me lo dirá a mi? y si sabelo que es para vos. ¡Y vos pelotudo dejá de inventar cosas!. Ay ay que risa me da.
*Uno le puede pegar a uno solo, y como en el dominó, caen varios.
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lírico irónico
La angustia certera de no encontrar el rumbo, el rumbo certero de no encontrarte, el encuentro tardio de no cruzarte, el cruce vacío de dos almas en soledad y armonía. El vacío sentado sobre un duro y áspero banco de la plaza viendo a las palomas volar alrededor de eso que ellas creen su casa. Aburrimiento que te lastima el obtuso sentimiento de sentir el no sentido de este prólogo tan cobarde. Cobardía la mia de no decirte lo que me pasa, miedo a equivocarme. Miedo que se propaga hasta el infinito, un infinito que se transforma nuevamente en vacío y todo es así, la vida es una ruleta que siempre cae en el mismo lugar. Si ese lugar no sería tan amargo y frío, tan parecido a la cancha de boca, sino fuera así yo le pondría todas mis fichas al colorado 14.
Momentos que no llegan a ser momentos, no se transforman en agua porque les falta el oxígeno, oxígeno que no voy a conseguir sino me animo a volar. Vuelo que te puede llegar a costar más de lo que pensas y pensamiento que te carcome el cerebro, que te repica como redoblante de batería, la misma que suena después de haberte tomado un par de negros de más la noche anterior a esta, noche que por cierto (y como siempre) le faltó el momento. Uno pone como siempre para no quemar todas las fichas y no decir que noche fue. Las noches son todas iguales oscuras.
La mística tarde te encuentra pensando en que ya llega la noche y que mañana será la misma rutina, una rutina que me destruye la mente, que me satura el alma y que hasta a veces me hace pensar que debería cambiar de rumbo y ponerme a estudiar alguna parte social de la vida o al menos hacerme algún estudio mental que me diga al punto de saturación que he llegado. Punto extremo de soledad y también de sabiduría, cambios, se necesitan, objetivos, se necesitan, deseos, para que si no se cumplen. Etcétera, etcétera. Señal que te he perdido, señal que me he perdido, señas que me has perdido, elegí vos.
Momentos que no llegan a ser momentos, no se transforman en agua porque les falta el oxígeno, oxígeno que no voy a conseguir sino me animo a volar. Vuelo que te puede llegar a costar más de lo que pensas y pensamiento que te carcome el cerebro, que te repica como redoblante de batería, la misma que suena después de haberte tomado un par de negros de más la noche anterior a esta, noche que por cierto (y como siempre) le faltó el momento. Uno pone como siempre para no quemar todas las fichas y no decir que noche fue. Las noches son todas iguales oscuras.
La mística tarde te encuentra pensando en que ya llega la noche y que mañana será la misma rutina, una rutina que me destruye la mente, que me satura el alma y que hasta a veces me hace pensar que debería cambiar de rumbo y ponerme a estudiar alguna parte social de la vida o al menos hacerme algún estudio mental que me diga al punto de saturación que he llegado. Punto extremo de soledad y también de sabiduría, cambios, se necesitan, objetivos, se necesitan, deseos, para que si no se cumplen. Etcétera, etcétera. Señal que te he perdido, señal que me he perdido, señas que me has perdido, elegí vos.
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lírico irónico
El sentido de pertenencia del querernos a nosotros mismos está perdido y si el mismo está toltamente arruinado, el de querer a los demás está totalmente destrozado. Es un momento en que te preguntás cual será tu futuro y la verdad no tenés ni idea, perdes de vista el objetivo y te desvías hacia un lado oscuro. Ese mismo lado oscuro que te hacen sentir cuando no te toman en serio, cuando piensan que vos sólo querés ser uno más en su ser. Y eso no es así, uno quiere ser una persona que marca la vida del otro dejando una huella imborrable que no pueda ser destruida. Y eso es lo que genera este dolor en el estómago, esa desdicha fortuna de no ser escuchado, de ser nuestra ayuda y nuestro regalo simples palabras que no llegan al lugar de donde salieron, el corazón. Por eso "si lo que dices no es mejor que el silencio es mejor quedarse callado".
Palabras unidas una atrás de la otra, con un sentido común (vos) pero vanas ya que equivalen al silencio. Un silencio atroz que me atrevo a decir fue lo último que llegamos a vivir pero un silencio que habla más que mil palabras. Callar no es la solución pero si el problema tampoco la tiene el silencio es un lindo amigo. Tan amigo pero tan amigo de la hermosa soledad que a veces se confunden los dos hasta que el suave viento renace sobre tu morocha cabellera y me hace sentir que estás a mi lado, que rica es la cerveza.
Igual no me pienso a resignar ante lo imposible, porque esa utopía es la que me mantiene vivo, esa ironía casi rozando el sarcásmo es la que le da el sentido a esta vida monótona. Más vale un chiste fácil que mil palabras tratando de explicar algo que tiene sentido pero que la otra persona nunca podrá entender. Quizás sea un problema de edades, quizás de egos o simplemente que tenemos delante de nuestra vista a un ciego que puede ver pero ve lo que el quiere. Lo difícil, a veces, es entender que ese ciego somos nosotros.
Palabras unidas una atrás de la otra, con un sentido común (vos) pero vanas ya que equivalen al silencio. Un silencio atroz que me atrevo a decir fue lo último que llegamos a vivir pero un silencio que habla más que mil palabras. Callar no es la solución pero si el problema tampoco la tiene el silencio es un lindo amigo. Tan amigo pero tan amigo de la hermosa soledad que a veces se confunden los dos hasta que el suave viento renace sobre tu morocha cabellera y me hace sentir que estás a mi lado, que rica es la cerveza.
Igual no me pienso a resignar ante lo imposible, porque esa utopía es la que me mantiene vivo, esa ironía casi rozando el sarcásmo es la que le da el sentido a esta vida monótona. Más vale un chiste fácil que mil palabras tratando de explicar algo que tiene sentido pero que la otra persona nunca podrá entender. Quizás sea un problema de edades, quizás de egos o simplemente que tenemos delante de nuestra vista a un ciego que puede ver pero ve lo que el quiere. Lo difícil, a veces, es entender que ese ciego somos nosotros.
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lírico irónico