Preso de una constante desilusión vuelvo a caer en el ocaso de mi día en la negra conciencia del destino cruel, buscando un sentido a lo demás. Preguntándone cosas sin respuesta sigo vagando hacia un lugar oscuro el cual ni siquiera tiene un foquito de 25W. Ese foquito que alguna vez iluminó nuestros cuerpos y dejó ver en la desnudez una cara pálida de miedo que no sentía ni siquiera el calor que emanaba el maldito foco. Se preguntarán que tiene que ver un foco con una historia que busca encontrar la nada como respuesta, y como la nada es un todo, no tengo nada pero menos las respuestas a un todo. Pero el maldito foco no me dejó verme la cara con claridad y entender que era sólo una ilusión óptica tu bello rostro diciendo las suaves palabras: "apaga la luz que tengo sueño".
Esa frase final quizás provoque un retorno de la famosa y querida ironía que hace tiempo no está presente, no está presente porque me censuran, si señor, el corazón censura mi mente y no le permite pensar en como está compuesto el dulce sabor del veneno, que obviamente tiene gusto a vos. A vos que te amo con anhelo, con locura, con pasión, con tanta ironía y con tanto despecho, me desvivo por vos, me muero cuando te beso, cuando rozas mi leguna, si vos querido Fernet Branca.
El sabor del encuentro dejó de ser una noche fría en el rencor de la vida, el candombe (que palabra que me cuesta escribir) loco se fue amoldando a las noches de meneo constante, al trago de turno. Y ese turno, no es más ni menos, que el infierno en carne propia, el dolor de perder algo querido, el rencor de sentir que alguien te saca algo de las manos, ¡Dios, no quiero ir al dentista!. Hoy siento que tengo más chispa que las pepitos, más manchas que un dalmata, más mordiscos que hueso de juguete, más vidas que un gato, más minas que el pela, y de tanto pedir más quizás termine restándole importancia a lo que siento por vos(no valga la ironía).

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lírico irónico