Mudismo la nueva religión

El sentido de pertenencia del querernos a nosotros mismos está perdido y si el mismo está toltamente arruinado, el de querer a los demás está totalmente destrozado. Es un momento en que te preguntás cual será tu futuro y la verdad no tenés ni idea, perdes de vista el objetivo y te desvías hacia un lado oscuro. Ese mismo lado oscuro que te hacen sentir cuando no te toman en serio, cuando piensan que vos sólo querés ser uno más en su ser. Y eso no es así, uno quiere ser una persona que marca la vida del otro dejando una huella imborrable que no pueda ser destruida. Y eso es lo que genera este dolor en el estómago, esa desdicha fortuna de no ser escuchado, de ser nuestra ayuda y nuestro regalo simples palabras que no llegan al lugar de donde salieron, el corazón. Por eso "si lo que dices no es mejor que el silencio es mejor quedarse callado".
Palabras unidas una atrás de la otra, con un sentido común (vos) pero vanas ya que equivalen al silencio. Un silencio atroz que me atrevo a decir fue lo último que llegamos a vivir pero un silencio que habla más que mil palabras. Callar no es la solución pero si el problema tampoco la tiene el silencio es un lindo amigo. Tan amigo pero tan amigo de la hermosa soledad que a veces se confunden los dos hasta que el suave viento renace sobre tu morocha cabellera y me hace sentir que estás a mi lado, que rica es la cerveza.
Igual no me pienso a resignar ante lo imposible, porque esa utopía es la que me mantiene vivo, esa ironía casi rozando el sarcásmo es la que le da el sentido a esta vida monótona. Más vale un chiste fácil que mil palabras tratando de explicar algo que tiene sentido pero que la otra persona nunca podrá entender. Quizás sea un problema de edades, quizás de egos o simplemente que tenemos delante de nuestra vista a un ciego que puede ver pero ve lo que el quiere. Lo difícil, a veces, es entender que ese ciego somos nosotros.

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lírico irónico

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Este es el aguante