La llave.

En la eternidad las almas que alguna vez fueron una sobre la faz de esta tierra se volverán a unir y formar un todo. Siempre que algo existe es por una razón, y si esa razón fue única y verdadera esto se mantiene por  siempre. Hay cosas que nunca cambian, ni lo harán y solo queda aceptarlas y continuar con ellas. El cuerpo siempre será la cárcel del alma, aunque el alma nunca se podrá encerrar porque ella por si misma siempre encuentra una salida, esa salida siempre fue y será el amor. A veces las cosas terminan, como mi ironía, tiradas en el piso.
Te mirás al espejo y no ves tu reflejo, te falta algo, una parte de vos se fue muy lejos, pero no es irrecuperable. Cuando uno lucha por algo, sueña con algo y desea algo, esto algún día llega aunque a veces hay obstáculos que te quieren detener, jamás serán tan fuertes como el poder interior.
La terquedad proviene del enojo, el enojo te deja ciego, te mata, te nubla la vista y sólo cuando ves como piensa realmente el otro te das cuenta que estabas equivocado. Siempre nuestros ojos ven la parte equivocada, la parte que nos genera dolor, quizás sea una herencia de este lado del planeta. Y aunque a veces el cielo se ponga gris y deje de tener ese color Celeste que tanto me encanta, que tanto amo, que tanto me llena, que tanto me da, que tanto me puede, hay cosas por las cuales seguir arriesgando todo.
Siempre fue así, muy terco, para mi la vida es todo o nada, no hay grises, no me gustan las dudas, los puntos medios y quizás eso algunas veces me lleva a cometer errores. Como el que estoy cometiendo en este momento, no escribir de mi en tercera persona como lo hice tantas veces.

Las voces que te critican no son las que te ayudan, sino las que te hacen entender que en tu interior hay algo mejor.

"Sos mi llave hacia otro lado, hacia el costado de las cosas, donde no son solo hermosas"

Flavio.


1 Response
  1. Gustavo Says:

    Muy interesante el relato. Si... a veces pasa en estos dias grises. Invitan mas a quedarnos, a deprimirnos, a seguir la rutina como si fuera un mandato divino. Pero bueno. Como escribis vos. Hay que tratar de encontrar la lave, Y si no la encontramos intentar salir a buscarla, no quedarnos. Porque si no es como un circulo vicioso. Nos quejamos de que nos ocurren siempre las mismas cosas pero vamos siempre por los mismos caminos. Lo ideal seria pegar un volantazo y salirse de la carretera a ver que hay de nuevo.
    Un abrazo


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