Promesas sobre el bidet

El fino olor a la desgracia la vida me hizo sentir que era el momento de cambiar, si de cambiar el agua caliente por la fría. Todo comenzo una mañana de abril donde descubrí el dolor, el ardor y el calor. Ese día procedía a realizar una tarea que realizan todas las personas, cuando Juanito Perez, se quemó el culo con el bidet. ¿A quién no le ha pasado? Y es ahí cuando decidís empezar a poner el dedo en el agua, cuando probas hasta con la lengua la temperatura. Me quema, me arde, ¡me está quemando!, es un día que ni su corazón ni sus cachetes jamás olvidarán.
Ya que estamos en historias de baño, yo a veces me hago una pregunta ¿por qué lavamos las toallas? ¿por qué? Si supuestamente cuando nos bañamos, lavamos nuestras manos, etc, etc SUPUESTAMENTE ¡están limpias!, o desconfiamos del efecto del jabón y es por eso que las metemos al lavarropas. La verdad que estoy pensando en tener solamente agua fría y un buen ventilador para poder secar mis rulos al viento, pobre Juanito sirvió de experimento.
Por último después de que ya comiste, visitaste el lugar más sagrado de tu departamento, te das cuenta que los domingos son una mezcla de pensamientos divagantes a lo largo de la tarde-noche, y más cuando extrañas algo, a alguien o algún lugar. Por eso en la penumbra del dolor que maltraba mi alma le digo no a la continuidad de la soberbia. Yo no creo en el fascismo, y menos mal, porque con esta barba loco, si parezco un rabino. ¿Para cuándo el Bar Mitzva?


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lírico irónico
1 Response
  1. efe Says:

    JAJAJJAJAJAJA, sos un poeta fontanero viofla


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Este es el aguante