Puede perderse uno en los confines más oscuros del infinito, o puede seguir navegando por los mares de la angustia pesando que nunca van a volver aquellos momentos dorados. Puede quedarse uno sentado o simplemente estar parado, o porque no arrodillado pidiendole perdóna Dios por haber pecado, ¡Oh ser superior te pido perdón por hacer algo que dice un libraco que escribió un loco!, en fin no es mi tema volver a dudar de la existencia de Dios. Pero vale aclarar que no creo en las sabías palabras escritas, porque la sabiduría de un libro se encuentra en su verdad. La fantasia es para los locos, para los naufragos y para tantos otros como vos y yo que imaginamos, que pensamos y que todavía soñamos con duendes. Que aún creemos que detrás de la montaña nos espera el tesoro escondido debajo de el arcoiris, que soñamos cada día con volver a repetir esos momentos que me niego a olvidar pero que no muy bien llego a recordar, donde levantamos la copa y brindamos, brindamos por la amistad, brindamos por el olvido, en fin tanto brindamos que así terminamos.

     De tantas noches que creí olvidadas, encontre lo que tanto buscaba, pero la ironía vale cuando en realidad vos sabías que no lo buscabas, es como ir caminando y encontrarte un fajo de billetes de $100, jamás lo pensaste(o tal vez si) pero nunca pasará. Y cuando ya sentiste que perdiste, perdiste  volviste a perder te encontrás con la otra cara de la moneda pero ¡volvés a perder!,¡si volvés! y usted se preguntará ¿cómo?, es simple, cambiaste de cara justo en el momento de la cuarta apuesta, pero eso si el premio al boludo del año no te lo quita nadie. En fin sin tanto que escribir, con poco que contar, sin mucho que acotar solamente poner que cuando menos esperás algo más probabilidades hay de que ocurra y no estoy hablando exactamente de eso.

     Como cuando las papas queman todos se borran, ya sé que les voy a regalar para su cumple, si una goma, para que te diviertas tirando(la). Ayer algo raro tenía la bebida, eso que solo tome jugo, pues en ella encontre ironía, una etiqueta azul y roja, que en el fondo decía vamos Tang todavía. Pues en su polvo, está el sabor, y tu estomágo el dolor. Pedís perdón y no entendés porque el día cede a la noche la hermosura de la calurosa brisa de primavera, será por eso que lograste entender que la mentira era una parte inexacta de tu ser, y lograste comprender que adentro tuyo ya no había un ser superficial, que solo pensaba en tu cuerpo, sino que también le gustaba tu mirada, le gustaba tu sonrisa, le gustaba tu alma, le gustaba el gusto del fernet. Sin otro partícular, un loco más (lo picante está en tu corazón, no en tu lengua).

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lírico irónico