La simpleza de la noche me encuentra con la mente tan compleja, suma de los lados al cudrado y dando la hipotenusa de mi cerebro que ya no cumple el teorema de pitágoras. Buscando una tranquilidad que no se vea reflejada en un montón de billetes violetas ordenados al azar o en una vieja botella negra con la iniciales F.B. Pero al fin de cuentas siempre terminás pagando la cuenta, dejando una propina que se la queda el que no la necesita. Los bolsillos están siempre llenos de mugre, la cabeza llena de pensamientos extravagantes y el corazón por ahí tirado nada más. Pero a veces de las migajas hay que comer porque por más ironía que tenga en la vida a veces es poner y poner. Y allá los que su cerebro los envie a lugares oscuros por la frase anterior.
Ultimamente las frases sin sentido son mi salvación, cualquier combinación de colores me queda bien, no hay matices, no hay discordias, no hay nada. Y cuando no hay matices supuestamente hay blancos y negros, supuestamente digo porque ni a eso llegamos. A veces hay que jugarsela un poco más por un color aunque no nos guste, porque la vida es así blanco o negro, sin opciones o me seguís o te quedás en el camino. Las opciones son siempre las mismas, el problema que esas opciones no me gustan. Uno debe elegir, en todo, su blanco o su negro. Y cuando no hay que elegir tratar de comprar un maso nuevo y volver a barajar.
Pero es difícil repartir y jugar una nueva mano, si te la jugás al principio capaz no te queda nada para después, si las usas al medio quizás te hayan empardado y te tengas que comer el ancho de basta y si la dejás para lo último quizás sea demasiado tarde para ganar la mano (o tal vez tengas al pela de compañero y ahí si posta que no tenés chances). A veces este negativismo es el que me hace ver la parte peor de todo pero alguien tiene que hacerlo, aunque sé muy bien que menos y menos es más y que estoy más quedamo que la mierda con máquinas térmicas. Lo único que sé que cuando más cerca ves el objetivo es cuando más lejos está y cuanto más lo querés menos lo tenés por eso me tomo una garompa y todo me chupa un huevo.

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lírico irónico