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Ella se negó a regalarle a aquel niño una sonrisa, él se negó a recibir un puñado de sal, aquellos miraron sorprendidos como el suave rostro de muchacha pasaba a ser una puñalada en el corazón del niño aquel. La marca fue quedando en el olvido y de a poco cicatrizó, aquella fue una noche fría y de verano para salir de lo común y volarse a lo imaginativo. Los abrigos no alcanzaban para cubrir tanta maldad y tanto odio, tanta bronca y tanto rencor, tanto de eso que tenés. Pero hacía frío y cuando hace frío cualquier agujero es poncho, sin malinterpretar la frase, y cualquier cobija viene bien para cubrir nuestras almas de calor. Y aunque hoy ese niño no es mi amigo, siempre recordaré la historia triste que me contó porque aquella muchachita no le regaló simplemente una sonrisa. Hay momentos que sólo son recuerdos pero que te dejan helado, hay algunos que se van, algunos que vienen y otros que dicen ahora vuelvo y no vuelven jamás.
Y yo sé que estás ahí observando cada paso y cada movimiento, y al fin y al cabo está bien porque soy demasiado importante como para ser olvidado pero acordate que el que las hace las paga, y el que las paga es un gil. Gil que compra mierda y verde más mierda, gil que dice ser lo que no es y que pinta una pared de cualquier color, digamos de blanco oscuro. Si fueras capaz de admitir que le debés esa sonrisa al niño aquel serías capaz de contestar mi pregunta, la que sigue en vano retumbando entre las paredes de mi mente y yo sé que la respuesta siempre será "No lo sé". Y entre tanta mentira y tanta falsedad, entre tanta verdad y tanta falsedad, entre tantos tantos de la tontería, se vive, se vive bien.
Aunque aquel relámpago atraviese tu bendita mente y logre desterrar la oscura verdad que llevas entre manos, creyéndote una mujer fuerte y incapaz de caer, con la soberbia inalterable de tu orgullo a cuestas, el cual luego vendes por unos miseros centavos seguís siendo incapaz de devolverle una sonrisa al niño aquel. Ese niño que ya no lo es pero si mente sigue difusa por el atontado temor de mostrar tu imperiosa sonrisa ante la mirada de la masa. Sos un extremo que a mi ya no me duele pero al niño si, yo me las sé arreglar, él no. Aunque todo tiene sentido, no todo tiene respuesta y prefiero el sin sentido con respuesta, que encontrarle el lugar a todo pero no saber el porque. Y si eso hace más complicada la vida pues lo difícil es lo fácil de la existencia sobre el fucking mundo indiferente que sigue girando mientras vos, vos jugas.


~Lírico Irónico#
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Este es el aguante