Me equivoqué, sé que me equivoqué al abrirte la puerta nuevamente, siempre me equivoco, es que vivo tropezando, casi resbalando. Mis pasos son firmes pero mi piso es movedizo, mi mirada es fija pero la tuya me desafía, mi boca es fiel la tuya no lo sé. Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, dicen todos dicen, pero no entienden que no hay mejores amigos, sólo amigos fieles, pocos pero hay. No pierden su tiempo escuchandote, solo te prestan una oreja, una oreja que es como un corazón. Siento, luego existo. Y como mierda vivir así, como carajo hacés para existir con lo que sentís si solo lo puedo plasmar en papel, como mierda hago para quemar este papel, como. Mi parte violenta es solo interna, es como un alma punk que quiere salir a criticar al "sistema", que sistema de mierda loco.
Pocas veces me equivoco, pocas veces me equivoco tan poco, y muchas otros tanto pero tanto. No recuerdo la verdad de la milanga, como alguna vez me dijiste, y miro solo el pan rayado y me dejo guiar por esa frivolidad que te caracteriza, pero que me gusta a la vez. Pero ya está, mi tiempo de espera terminó, mi segundo sin vos ya no es eterno, no tengo sed de revancha, no tengo nada. Quizás no lo tengo porque no quiero nada, o quizás mi mundo es distinto al tuyo. Y no me importa que hoy en día este en un estado de negativismo extremo, así escribio "antes del fin" Ernesto Sábato y nadie se quejó.
Algún día llegará el día que te darás cuenta lo que perdiste, pero ya será tarde porque ya es tarde. La cosas son un momento, después no, ya no. Yo ya me di cuenta lo que perdí, y lo extraño, pero también me di cuenta que no lo puedo tener, y ya no lo extraño. A veces es mejor no tener nada, a tener algo que no sirve, más vale la nada misma en el punto infinito de nuestro mísero recuerdo que un todo incompleto olvidado en el resguardo de tus ojos tibios. Y lo peor que no te das cuenta.