Fin de la agonía.

¿Cómo empezar? La verdad que me das las razones necesarias para no seguir teniendo la vista en blanco y dejar de ser un ciego oscuro en el ocaso de la tarde que se confunde con la noche. No ves lo que tenés que ver entonces no sos lo que deberías ser y por lo tanto no llegás al punto exacto que te pertence dentro de mi. Y ese punto infinitesimal casi adyacente al corazón deja de romper mis sentidos y de corromper mi vida en el mismo instante en que la luna ilumina tu mirada de fuego en la agonía de la noche sin fin, pero en este caso con un fin. Un fin incierto pero transitable, un fin aceptable pero no del todo gustoso, un final abierto ya que me enseñaron a perdonar pero no a olvidar. Me ensañaron a no mentir y a no mentirme, me ensañaron a que duela pero no a sanar ese dolor, me enseñaron tantas cosas que ya mi mente está saturada de demencia vehemencial.
No te dejes engañar por una combinación de palabras libradas al azar en la víspera de esta noche, no lo hagas, son sólo palabras pero duelen, lastiman, son dagas afiladas atravezando tu corazón en llamas. Por más que golpees, grites, llores y maltrates no vas a encontrar la solución, porque la misma no está en vos, está en otra persona. Y cuando te pintan en la cara la pura verdad no te queda más remedio que aceptarla porque así es todo, a veces claro, a veces oscuro. Chances sobran, oportunidades sobran, opciones hay muchas pero la parte de mi que pertenecería en este mismo momento en el que estás sentada mirandote al espejo y diciendo ¿Qué es lo que quiero? eso sí, eso sí que escasea, más con la falta de agua, sed que no se calma solo con verte a los ojos.
Siendo el anterior el último párrafo que te dedico en mucho tiempo, me pondré las máscara y volveré a la calle a competir con los disfraces de la gente y a tratar de ser el mejor. Mucha musiquita, mucha musiquita pero solo es una frase bonita. No crean en lo que ven, no crean en lo que escuchan y sobre todo no crean, nunca duden en nada, jamás, pero no crean en todo. A veces hay que poner un toque el alma en la heladera y bajar un corte a la realidad, dejar de querer lo que no vas a tener o quizás si lo vas a tener pero no va a ser solamente tuyo, y hay cosas que no se comparten, como un amigo. Por último no pretendo quedar bien con nadie, no prentendo chuparle las medias a nadie pero gracias a todos los que dedican al menos un segundo de su vida en leer a este loco porque esa es la parte de esto que ayuda a seguir "engañandolo al papel". O sea gracias mi amor por la manzana pero la tuya tenía un gusano.


~Lírico Irónico#
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Este es el aguante